EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE COLERA
Como suave látigo que irrumpe en la distancia
mis manos se extienden y rozan sutilmente tu epidermis,
anhelando ser bálsamo o ungüento, mitigador de penas.
Por un mal entendido de palabras
te me pones arisca e intransigente
no quieres ya ni verme.
Se han tendido riscos abismales
entre nuestras miradas indispuestas,
mares impenetrables de egoísmo,
y nuestro labios cierran al intento.
Si solo recordaras ese día
en el que nos junto la coincidencia,
te veías radiante, imponente
saliendo del omiso.
Ecuestral en tu paso y el camino
adornado de luz en tu silueta,
parecías mariposa hendiendo el éter,
rosa eclosionada de pureza.
Mis ojos atrevidos sin pensarlo
se clavaron en ti, en tu semblanza…
mi mente enarbolo sus esperanzas.
Y me atreví y traspase el espacio
para acercarme a ti,
y en poco tiempo, en poco
apareció el amor.
Nostalgia siento yo en este entonces,
siento melancolía aquí en mis nervios,
anhelo de besarte y abrazarte
y olvidar lo abrumado con su tedio.
El amor no se ha ido, esta cerca,
démosle al corazón ese remedio,
para que el viva y lata con más fuerza.
Crucemos este mar de indiferencia,
el ángel del perdón nos da hoy sus alas,
volemos sobre el miedo y los abismos.
Tú sabes que te amo y me amas,
que unidos tú y yo somos lo mismo,
aunados en pasión y en armonía.
Te ofrezco hoy mis brazos,
mi remanso, mi voluntad sumisa, y mi arrullo…
amor, todo y entero yo soy tuyo.
Se mía mientras dure este momento,
se mía, disfrutemos nuestros cuerpos,
sencilla, mansa y buena y sin orgullo.