Siempre quize yo ingresar,
a una escuela de poesía,
y por más que la busqué
nunca la pude encontrar.
Cuánto me hubiese gustado
instruirme en dicha escuela,
quizás hubiese logrado
hacer realidad mi sueño.
Desde muy jovencita,
nació en mí, la ilusión,
por plasmar en bellas letras
mi tempranera pasión.
De todo creaba poemas,
grande era mi inspiración,
pero lo que más me gustaba
era: escribir versos de amor.
Ah...pero mi mejor creación,
(y eso no lo dije yo)
fue cuando me enamoré,
de mi profesor de religión.
El era flaco y desgarbado,
de gracia nada tenía,
pero en mi poema aparecía
como príncipe encantado.
Esta:\"mi gran poesía\"
en mi salón fue aclamada,
en un concurso de letras,
con medalla fuí premiada.
Y desde este día de triunfo
mucho más me motivé,
Pobre profe de español!
ya nunca en paz lo dejé
pues lo nombre catador
de toda mi inspiración
Fueron pasando mis años
entre triunfos y fracasos
y la poesía a mi lado
siguiendo siempre mis pasos
Pero a pesar de todo,
mi búsqueda no cesaba,
quería alcanzar mi meta,
y convertirme algún día:
en \"una gran poeta\"
Nunca pude yo encontrar
esa escuela de poesía,
tanto por mí, deseada,
Con el tiempo descubrí,
que esa escuela tan buscada
!\"Era la misma vida\"!