Eres la niña de mis ojos, sin ellos no te podría ver
volando van cuándo te ven venir, alegres están mis ojos
el frondoso almendro sé vistió de verde, para estar bajo sus ramas
el sabe que allí nos vemos, sabe que te imploro de hinojos
tu linda tu voz me suena a cielo y me elevo al besar tus labios rojos
a nadie le envidio nada, ni al tiempo, ni al sueño que me acompaña
una copa de ron con una bella canción y a tu lado mí corazón.
Si el mar derrama su espuma, es que a gozado con ella
es libre y desaparecerá con felicidad, sin medir razón
por eso tu que me das amor, que más puedo comparar
mí cuerpo cruje cuando le faltas tu y cruje por no poder pagar
las cosas más bellas que se puedan comprar
hoy quiero señalar, que todo es vanidad si no hay un poco de humildad.
Manuel Borges