Buscando en la existencia su misterio,
sumergí en la conciencia mis desvelos,
y busqué allí la respuesta
a mis preguntas:
¿Quien soy en realidad?
¿Porqué la vida a encarnar
me había emplazado?
¿Algo en especial será mi sino?
Y encontré por fin una respuesta,
al acertijo que la vida
puso al peregrino:
“Artífice soy de mi destino,
¡cultivar amor y educir conciencia,
son la preciosa labor que yo he elegido!