Es posible que el hoy -fuera mañana-
o que el mañana pasado
o que el ayer no exista.
Estoy cansado de esperar, atravesar la acera
con la mirada triste
encontrarme el mismo poste de la esquina
y esperar, y esperar a que anochezca.
Preferiría estar acostado mirando el techo
donde caminan a veces las hormigas
o vuela alguna palomita y se posa en la lámpara,
que aburrido es el día
con la misma banqueta,
me siento como el gato que ronronea
recostado sobre una almohada
esperando que arribe el alba.
No hay coherencia quizás en las palabras
cuando duerme el alma
y el corazón despierta,
cuando mi mano toca -cuando mi voz te arrulla-
o te miro templada en el cine…
en los parques que recorremos, tomados de la mano
como dos adolescentes
-dejemos el pasado en nuestras manos
cuando tu beso rondaba mis labios
y recetemos a nuestro amor
nueva nostalgia-