Invierno, otra vez invierno.
Soledad, angustia y en el alma llanto.
Un velo de lluvia con aires de eterno;
la lluvia entonando su lúgubre canto.
Es cierto , lo sé, la lluvia florece
el bello rosal y también moja los campos.
La lluvia, en pocos días todo reverdece;
pero aquí, en mi alma , todo se entristece.
¡Invierno, no vengas! las aves viajeras
se van cuando tú llegas; se van y se van;
y yo, que soy ave con las alas rotas,
también quiero irme; mas no puedo volar