ELPRINCIPIANTE

LOS OJOS DE MI NIÑO (profunda reflexion acerca de la vida)

 

LOS OJOS DE MI NIÑO

 

Bellos, bonitos ojos tus ojuelos,

cargados de inocencia y de ensueño…

 

Ah, ya recuerdo yo que de pequeño,

tú apenas un bebito recién hecho,

con toda la ternura que Dios le dio a los hombres

te traía a mi pecho con dulzura,

y tú desesperado, apurado…

pensabas que era yo tu mami chula.

 

El ñia, el ñia, ese fue tu idioma nuevo,

la primera canción que me cantaste

con tu voz varonil haciendo estruendo

hasta al abuelo tú lo despertaste.

 

Tus manos estirabas dando puños

a ver si me cachabas,

y sin ser karateca…

cuantas patadas raras ensayaste.

 

Ni ideas tenía yo que eran instintos,

tu manera de hablar, de pedir algo…

y yo como un novicio impacientaba.

 

La leche, el biberón, sacarte eructos,

ya te iba conociendo muchachito,

y tu haciéndome muecas, retorcido,

pujando de indiscreto,

y yo decía así ingenuamente:

‘algo, se trae, este entre las pompis’

mas mi intuición de padre no fallaba,

toda hecha en bolitas tu comida,

y allí me sonreías sinvergüenza,

y con aquel perfume me mareabas.

 

Así aprendí a quererte mi niñito,

a desvelarme casi a cada hora

en tus primeros meses.

 

Tus fiebres, tus diarreas y tu vomitadera

ya me traían loco,

de suero y de pomadas yo te hastiaba,

cuantos pañitos tibios deposite en tu frente…

como lloraba al ver que no aliviabas,

y por ti, al Señor, rogaba siempre.

 

Y ahora veo tus ojos tan chiquitos,

verdes y veo que emulan esperanza,

en ellos miro yo un brillo sincero,

un futuro que incierto al tiempo avanza.

 

Tus ojos sólo saben de cometas,

de  aviones de papel, de muñequitos,

ellos no entienden lo que es ser adulto.

 

No saben del dolor ni el sufrimiento,

ni de esos niños que padecen hambre,

que lloran esperando quien les sacie,

sin brazos que le mimen ni le carguen.

 

Tus ojos no comprenden lo que habita

adentro, muy adentro de los hombres,

todo lo ven con toque de ternura,

todo lo creen bueno y amigable,

no saben que es ‘rencor’ menos que es ‘odio’,

ignoran la ambición y el vil oprobio.

 

No vieron la inocencia derramarse

mezclada con lo rojo y con la sangre,

ni bultos desechados por el piso

por transgresión humana,

ni ojos inmovibles boca arriba

mirando en permanencia a las estrellas.

 

Tus ojos y tu piel solo ven nieve

cuando salen afuera y esta nevando,

no conocen el frío de otras pieles

que se les fue el abrazo,

nunca avistaron truenos ni cabezas

caer sobre los techos,

ni plomo perforando cavidades,

ni ruidos ahuyentando hasta el silencio.

 

Tus ojos aun son tiernos, aun sueñan,

con la noche y con ver la luz del día,

aun juegan con juguetes y castillos,

y pintan dibujitos.

 

Ay, cuanto no daría mi niñito

a Dios si lo tuviera frente a frente

para que él te dejara siempre niño,

apartado del mundo y de sus gentes.

 

Mas hoy veo tus ojos, tus ojuelos/

tan llenos de alegría y de pureza

y orgullo crece en mi al ser tu padre.

 

Mas pienso y digo ‘pasaran los años

y aun ya grande tu serás mi niño

y yo con canas te seré un anciano…

quien te hará muecas, y desesperado

cantara y balbuceando te hará señas,

esperando de ti, algún cuidado…