Ojos que no se borran del pensamiento,
han dejado un suspiro sin aliento,
se han ido con los años,
y durante mucho tiempo fueron extraños.
Ojos que sumergidos en el amor,
entregaron su vida al dolor,
viendo como su piel se iba marchitando,
esperaron otro atardecer que venia andando.
Lindos ojos que guardaron mi amanecer,
y hoy tu mirada envuelve mi ser ,
de reposo descansan en mi pecho,
porque ellos retornaron a mi lecho
La morada que un día dejaron ,
a ella con dulzura regresaron ,
vinieron tristes y afligidos ,
pero hoy recobraron sus latidos.
Guillermo Sánchez López