Mi único pecado fue tu amor,
que me destrozó el corazón,
cada uno de tus sentimientos fue un error,
por tu poca indecisión.
Nunca fuiste capaz de por mi luchar,
siempre rechazando el futuro escrito,
negando tus propias corazonadas,
pero ya no podrás volver atrás.
Ese futuro juntos lo destrozaste,
lo rompiste con falsedades,
que al final contigo mismo acabaste,
y salieron las verdades.
Verdades que dolieron,
que arrastraron a todos a su paso,
abrieron heridas ya cerradas,
dejando solo un irreparable caos.