Ritmos que te acompañan y se quedan
en las huellas de tus sandalias,
cuando la noche atraviesa,
la estela que tu dejas,
en mi espalda,
Ritmos que se aman y se sienten,
al compás de tu fragancia,
cuando la noche descalsa
rasguña tu falda.
Ritmos que recuperan y llevan,
con capricho la palabra,
la que tu voz con su eco
pronunció enhebrada.