Desnuda Desnudez
Prendida
Olorosos cuerpos entrelazados
En la sedienta sed despierta
Valiente galopar exhalas
Al pié de la ladera
Agonizantes susurros
Despeinando cada una de las estrellas
Ecos de nombres
Sin nombres palpitan
Recorren… laten… crecen…
Rompiendo todos los acentos
Eternos abrazos quedan
más allá de las montañas
Mané Castro Videla