Casi sin darme cuenta,
te asomaste a mi vida,
eras sal y pimienta,
timida y atrevida.
Contigo he aprendido,
que a la vida hay que domarla,
no hay que dar nada por perdido,
y a la desesperanza,matarla.
Tu alma es limpia y serena,
tu cuerpo, una llama ardiente,
contigo todo vale la pena,
me haces sentir mortal, y valiente
Pido a Dios frente a frente,
con respeto, y sin temor,
poder vivir eternamente,
bajo las alas de tu amor.