Estoy en una encrucijada de caminos
que me llevan a ningún destino,
estoy perdido en la desesperanza
creyendo que mi amor ya no alcanza.
Estoy sintiendo demasiadas cosas
para no poder encontrar consuelo,
de no volver a levantarme tengo ganas
y que mi alma descanse en el suelo.
Ya no estoy con el ímpetu de antaño
solo quiero que la vida transcurra
y sin espamento alejarme del rebaño,
quiero dejar que la vida se escurra.
No hay un amanecer para esta noche
solo más y más callejuelas sin salida,
y aunque vivo sin estúpidos reproches
siento que sin amor, esto no es vida.
El mañana es consuelo de los tontos
pues es un momento que nunca llega,
sólo continuo con un corazón roto
que esta acostumbrado a la deriva.