Un ventarrón de besos me transita
desde la férrea médula del tiempo
y en el cofre carnal se resucita
el tembloroso latido del silencio
como el torrente de palabras mudas
que exhalo en el suspiro que se inyecta
alzo mi lágrima enjuagada en vida,
desde tu vida y por tu vida inquieta
quizá, quizá fuera el excéntrico poeta
que enloqueció de amor si tu no estabas
pero el amor sembró el aire y fue profeta
y en esa profecía tu me amabas
tu me amabas y yo volqué mi nada
sobre el vértigo del celo enloquecido
celo de nada y de todo lo nacido
desde Dios hasta el sol de la mañana
cada trozo de mi sombra vana
del talismán de ti venció al receso
y hoy lloro, tan solo por el beso
que no te di al nacer, mi enamorada.
Jose Larralde