Y dijo Dios, no es bueno que el hombre este solo…
Y le dio le la soledad para que lo acompañase.
Esa ingrata que a los sentidos castrase,
Con la luz de la opacidad,
La bondad de las voces, que el alma reconoce
Y que acierta a los sentidos que ella misma colapsase.
Que nos paz, de las cosas efímeras
Que no lleva a ellas con el exceso de su ser
Cuando solo nos daba, un poco de tiempo
El desvaine de la muerte tener.
Amor solas, que tenemos todos,
Incauta, prodigiosa de milagros, en que la sed
Se vuelve amargo y los ojos dulces
Para así la sal retened.
Hermosa niña, ojos infinitos, sabor a hiel
Persistente, cabellos de estaño, pordiosera de tiempo
Que somete a todos en un momento, tocando su piel
Y que por siempre de todo me priva, me aleja de su cuerpo.
Y dijo Dios hagamos el hombre a nuestra imagen y semejanza,
Pero a Lilith nunca le dio semblanza.