De Yael dedicado a Joel
ÉL
El espacio entre el sobre y el ahora: nuestra hora. Su lápiz interior trazando angustias. Destrozando libélulas a diestra y a siniestra.
Y menos mal que es hora del crepúsculo. Es el minuto exacto para abrir un poema.
Y pegarle tu nombre. Y pegarle tu aroma.
TÚ
El mar, con sus olas diabólicas diversifica el canto de la noche desierta; de la noche nocturna, taciturna. De la noche que es noche con tu espuma.
Escucho un vals y percusiones a lo lejos. Pero no, no son más que las teclas que hablan bajo tus dedos.
Ellas me dicen cosas que no puedo mirar. Voy a tu imagen. Voy hacia el mar.
Él Y TÚ
Dos tiempos:
uno para decirte lo que siento
otro para beberme tu silencio
Ángel de sueño y siempre
Yo, o sea yo... no sé quién soy,
y no sé quién es él...
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