Te aproximas a mí con esa sonrisa
Esa magia que sale de tus labios
Pues mientras lo haces, mientras lo veo
Mi alma reposa tranquila,
Sabiendo que esta es la despedida,
Que parto a mi morada definitiva.
Agonizo, mi amor!
Mis manos te darán su última caricia
Gastaré mis palmas en tu piel,
Que es seda, que es como aire,
Que es la quietud de mis cabellos,
Que es el manso río en donde nado,
En donde me purifico, en donde renazco.
Agonizo, mi amor!
Y ya diré una a una mis últimas palabras,
Las deslizaré dulcemente en tus oídos,
Y enunciarán mi amor como epitafio,
Cada letra será eslabón de esta última cadena,
De este último vínculo sonoro, para luego ser
Sólo el silencio, solo este sentimiento que dejo.
Agonizo, mi amor!
Y atesoro, ahora, los recuerdos de mi vida,
Van como cuadros dentro de mi mente
Desbarrancando vivencias, soledades, tristezas,
Ciertas alegrías, y aromas, y visiones, y sonidos,
Y momentos en donde reinó cierta pureza, magia,
Provocados por ti, cual dulce hechicera.
Agonizo, mi amor!
Y veo caer por la ventana las últimas hojas,
Y veo la última luz trepando por la habitación,
Y siento como lentamente, casi con timidez
Se agota en mi el soplo vital,
Y no quiero que eso me venza justo ahora,
Quiero que mis ojos tengan tu última visión.
Agonizo, mi amor!
Ya mis párpados pesan, se desploman,
Ya mi cuerpo se siente liviano, sin ataduras
Y vuelvo a contemplarte, absoluta, radiante,
Y aprieto por última vez tu mano, contra mi pecho,
Y te sonrío, y te adoro por hacerme HOMBRE,
Por darme este amor, esta ternura, esta dicha,
Y veo caer tu última lágrima, que me bendice al tocarme,
Pero no te aflijas, cielo, tu amor me hizo grande,
Me hizo pleno, ya desliza mi alma hacia otro lado,
Ya el mundo me parece insignificante,
Ya solo soy eterno en ti, ya dejo de ser yo, lentamente
Ya sé que escribo estas líneas desde tus ojos,
Mientras contemplo mi cuerpo ya inerte, ya sin vida,
Pues ya habito tu ser, ya renací en tu alma.