Amor he descubierto
esta mañana
que no hay más luz
que la de tu mirada.
Puedo escribirte un verso. Igual esta mañana.
Tan igual y sencillo
como rasgar el alba.
Escribir sin mirarte, como si estuvieras cerca,
susurrante y perverso para enchinarte el alma.
Escribirte un verso mientras el sol se abisma, se esconde sigiloso
a veces en tus labios, que buscan en mi boca
ese verso contrito.
Puedo escribirlo (creo) –sin mirarte lo he dicho-
Imaginar tus ojos postrados en mi pecho
lo mismo que tus manos que acarician las mías,
así escribirte un verso esta mañana
decirte sin tapujos –que te amo-
escribir, escribir, escribir, hasta agotar mi vida.
Porque es esta mañana la que escribe estos versos
la que sabe tu nombre,
que repite en la brizna que esta mañana arropa.
Y después de escribirte he visto
que el humo del cigarro turbia mis lentes y mis ganas,
pero puedo escribir los versos
-estos versos que nacen con el alba-