Que te lleve el olvido
Que se calle el reproche
Que retornen las noches
De insomnios mudos sin destino
Hondo es el lucro cesante
De nuestros pesares divinos
Te anulas en fragancia repugnante
Con tanto idilio consentido
Quítate esos trapos de princesa
Embarrados en el común de los caminos
Deja de jadear tanta incoherencia
De patéticas palabras sin sentido