Lloraba y se retorcía,
¡su fin se olía!;
Y tras aquel combate,
yacía cadavérico en el baluarte;
A merced de las corrientes,
dejé las abandonadas simientes;
Oh,allá voy damisela,
mas,toda la noche en vela;
Trocan y recitan los juglares,
vos estais en todos los lugares;
¿Cuándo entregareis vuestro corazón?,
no soy más que un apuesto ladrón;
He de ocuparme de mis menesteres,
por ello, te pido que me esperes;
El Valiente palabra por palabra cumple,
y los bandidos sorprendidos quedan cuando él irrumpe;
Rezaría por ver mi promesa efectuada,
pero la mala suerte me es ignorada.