Mi querido amigo, el calendario
marca un nuevo año de tu existencia,
una vuelta más, muchas experiencias sumadas
la vida te trae y te lleva y sigues siendo un niño,
un niño dulce y cariñoso que se da abiertamente
simple y sencillamente, como la tierra
a las manos del labrador;
como el sol al nuevo día.
Estiras el tiempo y te recreas en la magnitud
de las cosas que construyes.
Regalas auroras a tus días y la vida se abre generosa.
Miras las huellas que van marcando tus pisadas
y te emocionan las cosas nuevas, que acaricias
con el suave palpitar de tu destino.
Amas, y se te vuelve imposible el amor,
pero igual le cantas ,igual le construyes esperanzas.
Y las lágrimas vertida por los días de ausencia
se vuelven versos por ella, tu lejana pasión.
Sabes bien, nos parecemos, en cuestión de amores lejanos
en salpicar nostalgias, en lamentar ausencias
en programar olvidos. Si, nos parecemos
y es por eso que nos buscamos, que consolamos
nuestros silencios con músicas salidas de la tierra.
Es por eso amigo del alma que nos amamos
con ese amor de hermanos: en dolor y poesía.