Te amé en cada fantasía
dibujada en el lienzo
de mi deseo.
Te amé en cada efímero suspiro
que me ha robado
mil horas de sueño.
Te amé en el rocío
que ha humedecido
la soledad de mi piel.
Te amé en el silencio
con la ausencia de tu voz
susurrando mi nombre.
Te amé en cada verso
plasmado en mi cuaderno
y en cada letra guardada
en el olvido eterno.
Te amé con el alma
de mujer conquistada
por tu esencia
aunque yo, sea invisible a tu mirada.