Desde el nacimiento del nuevo año, en mi pueblo se celebra las vísperas de la feria patronal de “San Sebastián”. A partir del uno hasta el nueve de enero se dedica una novena al Santo Patrón en una aldea cercana, luego otra novena con “albas” y rezos vespertinos en la iglesia local, culminando la celebración el día 20 con una devota procesión por las calles principales de Cabañas-Chimalapa-, mi pueblo natal.
Con ello también viene la algarabía durante cinco días, de los juegos mecánicos para los más chicos; actividades comerciales, fuegos pirotécnicos, bailes, rodeos, bocadillos especiales-anicillos, conserva de coco, plataninas- y…lo que en otras épocas encantaba a grandes y chicos….la “lotería” de don Oliverio y Doña Tina. Durante muchos años trajo diversión y un montón de premios a quienes pasaban por su gran carpa. Entre ollas, sartenes, vasos y otros enseres de cocina que se otorgaban como premios, su familia y parientes cantaban todas las noches las figuritas que se iban llenando en los cartones…la maaaceta, eeel catrín, el gooorrooooo, la rosa…lotería!!!!!, se escuchaba en alguna esquina y muy sonriente don Oliverio entregaba el premio.
Hoy, retirado de las ferias le quedan sus recuerdos de distintos pueblos a donde llevaba su entretenimiento, el cariño de nuestros paisanos que durante varias décadas disfrutamos de su “juego de lotería”. Las costumbres van cambiando, otras personas van y vienen pero en los corazones de muchos pobladores de este pueblo prócer estará presente esa parte de su infancia que añorarán al encontrarse lejos de su terruño querido.