Conteniendo la respiración te veo,
mi corazón bombea a chorros su tinta,
Salto en silencio, corto enseguida
lo que me ata al mundo y vuelo.
Pierdo en ese instante al tiempo,
corre, se detiene y vuelve a ser eterno.
No sé quién soy, ni de donde vengo,
no sé mi nombre, si es que acaso tengo.
Sales y entras en mi vida como tuya,
juegas divertido ese tonto juego,
sabes las reglas, pues tú lo inventaste,
ganas con frecuencia, yo siempre pierdo.
Borras con tu risa esas amargas noches
de espera interminable, de dulce lamento.
Limpias con tus besos esas heridas viejas
y me dejas nuevas cuando no las espero.
¿Podría alguien explicarme por que te sigo?
¿Por qué tu tonta manía de tenerme en vela,
de partir con prisa, así como llegas,
y volver de a ratos a aliviar mi espera?
Hoy partiste hacia el sur, dejando tu huella,
busco y no encuentro certeza alguna,
te aguardo en silencio mirando tu estrella,
Espero que llegues a devolver mi cordura.
Miro la Cruz del Sur y sólo sé que te extraño.
Tontonela