Lunas febriles...Por la espera...
Con noches sin luceros... Sin estrellas.
Cabalgando el alma solitaria,
sobre luciérnagas aladas y doradas.
Ya no me da lumbre la luz de la farola,
la farola vieja...desvencijada...
carcomida por los años...
cansada de dar lumbre...
Esa no me alumbra
para escribirte un verso,
que te hable de mis lamentos,
que te pueda decir,
cuan grande es el sufrimiento
que llevo dentro del pecho
y lo acompaña el ardor,
de esa herida en mis adentros,
que hace sangrar mis sentimientos.
Quiero escribir un verso,
que te diga...
Qué sintió mi alma mancillada
cuando la invadió el silencio...
Y se dio cuenta que era un adios,
sin beso... ni abrazo de despedida,
quedando triste y abrumada,
por tu partida inesperada.
Viviendo del nostálgico recuerdo,
las letras van muriendo del hastió,
el dolor deja una queja
que se convierte en alarido,
igual al grito que da el olvido.
La ausencia de tu amor,
aniquila el corazón,
es que no entiende la razón
de tu desamor,
como no lo entienden,
las lágrimas furtivas
que empañan la visión,
dejando inundada la retina
de angustia y desolación.
Felina