Esta noche voy a liberar el mas tierno de mis egoísmos, dejaré de lado la paranoia y la ilusión siempre abrazada al desdén, porque esta noche voy a escapar del exilio existencial, y allí, cerca de la nada y lo absurdo, compartiré mi bohemia, para -por un momento- poner letra a tanta música sin fundamento, imaginando que ya no hay ocasos indigentes por rescatar. Lentamente, desabotonaré mi silencio del tuyo y aún sabiendo lo difícil que resulta explicar todo cuanto quiero sin balbucear, ni caer entre quimeras, voy a empalagarte en mis agridulces placeres y espasmos. Me convertiré en la anfitriona del instante sin culpa ni temores, ese instante de éxtasis a poros abiertos en el que nos quebrantamos agitados en el calor de tanto orgasmo y tomando la punta de tu ovillo, exhalaré las rígidas incertidumbres que nos separan, me volveré clandestina del destino aniquilando la huérfana pasión y aunque nos sepamos alimento breve o nos piensen como revolución sin futuro, no habrá ya reposo a nuestros sueños, ni noches que descansen sin esperar un nuevo y tierno egoísmo de pasión.
Desnudo, sabes a soplo
Paciente devorador exquisito
Hombre de mirada tierna
Y creciente cielo infinito.
¡Oh feliz suerte la mía!
Caudaloso y ancho río
Que pareciéndote a la noche
Eres mío.
Cuando tu pecho se agita
Mis pabellones se alzan
Son tus manos, dos trigales
Escultoras de cariño
¡Oh feliz suerte la mía!
Caudaloso y ancho río
Que pareciéndote a la noche
Eres mío.
Voy muriendo en la angostura
de tus raíces termales
Clama mi cuerpo que arde
A tu limbo y cobijo.
¡Oh feliz suerte la mía!
Caudaloso y ancho río
Que pareciéndote a la noche
Eres mío.
Abundante tierra firme
Trasgresor de mis delirios
Te pareces a la noche
Audaz…
Oscuro y divino.