Entrar a la casa del tiempo estancado
es entrar al calvario.
Las paredes libres de un blanco sepulcral
te encierran en su vientre,
te arrinconan sus esquinas,
te presionan los anhelos.
Huele a alcohol y a tierra,
a murmullo de velorio,
como acostumbrándose al eterno,
respirando el aire denso….
..irrespirable.
Entrar por ese portón enorme,
es limitar la conciencia,
es no ser mujer,ni hombre,
ni lamento, ni alegría,
es aprender a morir en vida.
Ni las flores que lo adornan
llenan un sensato sentimiento,
si es que entrar por los pasillos
es deslizarse por un túnel férreo,
rápido y lento a la vez,
sin saber qué es mejor: retroceder o seguir,
si avanzar co los brazos al frente
o cerrar los ojos por fin.