Había una vez, hace mucho tiempo, un matrimonio. El un joven y apuesto Italiano, blanco con ojos grises... Ella una mujer hija de italianos, muy bella, con unos ojos azul mar, y su piel blanca de cabellos castaños.
Este matrimonio no podia tener hijos, es decir por designos crueles de la vida habían tenido tres hijitos. Dos varones y una niña, pero los tres, no se aún porque, los niños entre los seis u ocho meses murieron. Pobres niños, privados de vivir y no sabían el por qué!
Entonces este matrimonio opto por hacer los trámites para adoptar una criaturita... Una niña es mejor, si es blanca y ojos claros, quedará mas parecida a ellos. Van a la Casa Cuna, donde hay niños por doquier. Los hay rubios, morochos, grandes, más pequeños... Tres veces van a ver. Mientras observan los pequeños, una niña chiquitita, morocha, y con resortes negros azabaches en su cabeza, uega con su muñeca de trapo, sola. -Pobrecita .comentan, -queremos una niña, rubia, bonita, pero esa nena se ve solita. Esa niña parece muy necesitada de amor, ese que a nosotros nos sobra.-
Se van y deciden conversarlo en su casa, con más calma. Luego de hablar largas horas... deciden que se llevaran esa pequeña, morocha de cabellos oscuros como la noche, pero con rulos por doquier, a pesar de no ser la pequeña que ellos esperaban encontrar.
Al día siguiente, cuando al hogar van, encuentran a la chiquilina, llorando sentada en el suelo, porque una de las otras internadas, le quitó su muñequita de trapo, y no se la quería devolver. Eso les decidió a llevar a la niña en cuestión, para darle todo su amor. Cuando a ella la llamaron la llevaron frente a sus nuevos papás, ella solo sonrió. Luego mirando a su celadora, dijo: - Yo ya tengo una mami y un papi?- y a los brazos de su mamá ella se subió, y agarrándole su mano, ya no la soltó.
Como cambió, la carita de la niña, hasta una sonrisa se le dibujo, y tomadita de las manos de sus papis, del hogar de niños, se alejó...