a Jesús Iglesias
Cuando era niño
era duro el collar adulto;
cuando me levanté del suelo
y susurré: “mundo infecto”,
me fui tan lejos que mi voz era bostezo
dejando la cordura al lado de la sensatez,
del encadenamiento que no deseé.
Hoy quiero querer dejar
cosas olvidadas en la valija
del sosiego:
aquel veneno que mató mis venas.
o aquella guitarra afónica
de desamor
y llena de enojos
norteños.