Escojo ser ciego
en un mundo de tuertos
para poder ser el listo
en la masa, entre los ineptos.
Escojo tu corazón,
escojo la sin-razón,
parar la alegoría
de la tiranía fría
y sin compasión.
Escojo mi canción
y un nuevo sol
para que amanezca mañana,
escojo parar de soñar
entre los instantes
de la madrugada.
Escojo la libertad,
escojo echar a volar
y rozar las estrellas,
a mi amada amar
y con incompresividad rimar,
escojo solo entenderme yo,
solo quererme yo,
solo morirme yo, solo yo.
Sólo.
Escojo cada acojida,
escojo mi día a día
y cada lastre que soporto
y me comporto con alegría,
y mía sea la calma
y tuya sea la culpa de no querer echarme en falta.
Escojo la oscuridad entre la luz,
me ayuda a pensar,
escojo el gritar entre el callar,
me hace vibrar
y poder ser escuchado.
Escojo el enfado,
aunque sea un pado palo,
para mí que sea duro
tiene un significado claro.
A lo hecho, pecho,
mi techo será el cielo
pero no vivo en un infierno,
mi lecho será aquel banco
pero yo no soy el pobre,
eres tú el que todo tiene y tanto más
quiere, no pasas frío,
tus bolsillos: Repletos.
Tu corazón: Vacío.