Cuando quedo en silencio
a solas conmigo misma
y me saco los disfraces
con que visto a diario
mi nostalgia,
me doy cuenta que soy
solo una sombra
de lo que fue mi vida
y que dentro de la noche,
ni siquiera soy sombra,
soy olvido.
Transito mi nostalgia
por caminos vacíos,
que mis pasos abrieron
en horas de ilusión,
y que tornáronse oscuros
vericuetos desérticos,
donde en cierto recodo
el amor se perdió.
De aquel jardín plantado
con rosas mil colores
hoy queda solo un campo
Invadido de abrojos.
De las rosas quedaron
afiladas espinas,
donde prendido y yerto
mi corazón quedó.
Ya en mi vida, el climax acabó.
Vivo en triste catarsis,
el amor terminó.