A este paso que vamos
nunca vamos a llegar
le dijo el caballo al asno,
compañero en su trotar.
Te falta brío y empeño,
y fuerza para avanzar
por eso es que nuestro dueño
te tiene que castigar.
Tú corres de maravilla
pues son pocos tus aperos
con solo bozal y silla
eso es fácil compañero.
Si llevaras en tu lomo
el peso por ambos lados
no me llamarías flojo
ni andarías tan apresurado.
Yo de verdad te confieso
que perdono tu ignorancia
el día que te pongan peso
acabará tu arrogancia.
Hay por el mundo tanta gente
que como el caballo anda,
trotando alegre y sonriente
sin el peso de la carga.