Mis ojos lloran, rompiendo el silencio
de los crepúsculos en calma.
Tengo una soledad que abraza
los dinteles del alma
y mi boca amordaza
para que no se escuche
el eco de mi lamento,
por el dolor, que deja una marca
en el plexo de mi triste humanidad,
tan agoviada, por las penas que socavan,
agrietando, desmoronando, haciendo trizas
el sentimiento, que por ti siento.
Es que es tan grande mi amor
que no lo pude ocultar.
Se sale por los poros
invadiendo todo mi ser,
sintiéndome desfallecer
en el intento, por tu amor retener.
Pero la respuesta es que no estás
y ya nada puedo hacer
si no me amas de verdad.
Si me diste tu olvido,
yo no quiero escribirte
porque todos mis poemas
serán tristes, serán sombríos.
Creí que era eterno tu amor
y de pronto me desperté sin ti,
respirando un hálito de desolación.
De tu amor nada quedó,
sólo una sombra
que acompaña mi existir.
Felina