No me obligues a desangrarme,
convertirme en auto-bomba,
incendiar mis desengaños,
destrozarme la garganta,
golpear con cabeza paredes.
También como a ti
me duele el hambre,
enoja la injusticia,
la inocencia pisoteada,
la sonrisa solapada,
las manos encadenadas,
el amor crucificado,
fronteras ensangrentadas,
el imperio de la fuerza,
que se oculten las verdades...
También como tu
amo las miradas,
ver amaneceres,
llenarme de ocasos,
tragarme las estrellas,
las sonrisas puras,
las sonrisas sabias,
la amistad sincera,
el amor humano,
las manos extendidas
una lágrima callada,
abrazo de amigo,
abrazo de consuelo...
No me pidas que deje
mi cuerpo fragmentado
en la vereda,
que vacíe mis venas
que machaque mis manos,
que arranque mi lengua,
que deje mis órbitas abiertas.
Pero por sobre todo amigo
no me declares tu enemigo.