Lo entorpecido de mis pies arrastrados por el umbral de la terquedad…
Y la vida se va y se deja por un instante…
La palabras se roban, se sueñan, se entrometen, para amar analizar
Una vez lo que aun duele, continúa el recuerdo.
La terquedad tan basta excluye algún deseo oprimido
Por la llamarada del olvido,
Mi demencia aun no es senil, porque quiero recordar el olor a ti
A tus manos, tu cuerpo, tu piel, comer tus ojos
Ahogarme en tus brazos,
dibujar tu rostro con la aureola
Pequeña de mi pecho
Reflejar mi alma, el destello fulgurante
Con aquel jadeo delirante
Me quedo con esto, me quedo con tu recuerdo.