Tres señores descendientes
de frondosa y común raíz,
los tres son tan diferentes
pero, son hombres de maíz.
En sus hogares crecieron
entre vacas, leche y frutales,
sus ojos jóvenes vieron
madurar…marañonales.
Con el correr de los años,
juventud y experiencia
pintan escasos cabellos
en su madura existencia.
Mis rimas van para Mario
sonriente y galante poeta,
una copla de sus labios
escuchó alguna dama discreta.
También dedico mis versos
al maestro, Héctor Portillo
a quien vi con embeleso
danzar con gracia y estilo.
Al otrora futbolista,
mi recuerdo aquí le dejo
para no perder de vista,
a Guillermo “Pumarejo”.
Mirna Lissett Carranza