Mientras el martillo martillaba, el clavo se clavaba (Alejandro Díaz).
DOLOR DE CABEZA
Mi hermano por curiosa rareza
causada tal vez por la fatiga
lo atacó un dolor fuerte de cabeza
apenas salió de su oficina.
Camino a su residencia
viendo que el dolor persistía
desvió su ruta con urgencia
para así pasar por la droguería.
Pensó comprar unos sedantes
sin duda sería lo mejor
para seguir camino adelante
una vez aliviado su dolor.
Al llegar a la farmacia
y ver poca gente en el mostrador
jamás pensó en la desgracia
y que ese no era su día mejor.
Todos los clientes maniatados
estaban detrás del local
unos asaltantes degenerados
robaban a todos por igual.
Y mi hermano también fue robado,
su esposa dice que fue por bruto,
pero al llegar a su casa del mismo susto
ya el dolor se le había quitado.
Por eso concluyo con certeza
y ese es mi lema desde ahora
que lo mejor para un dolor de cabeza
es el frio cañón de una pistola.
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COMIDA DE UNA FIESTA
Mi hermano fue a una fiesta
de esa de asuntos laborales
y regresó con una indigesta
con severos daños estomacales.
Parece que algo en la comida
por no tomar sus precauciones
lo dejó con la cara desteñida
de tantas líquidas evacuaciones.
Y tantas veces fue al baño
que el pantalón le quedó embarrado
y él sin percatarse de ese daño
abordó un taxi apresurado.
Todavía el muy puñetero
llevaba un plato del festín,
para comerlo con esmero,
tal vez antes, de irse a dormir.
El taxista al sentir fétidos olores
le dijo: que llevas en el plato
y le dijo: llevo carne y tostones
para que coman el perro y el gato.
Y al bajarse del taxi de buena gana
entregó al taxista sus monedas,
y esté le grito abriendo las ventanas
si le das esa comida se envenenan.
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AMISTAD CIBERNÉTICA
Conocí a una rockera
a través de la intertet
el rock en mí impera
tengo los gustos de usted.
Le dije me gusta el rock metal
de esos bien pesados.
lo mío es lo instrumental
pero era mejor ocultarlo.
Tengo el cuerpo lleno de tatuajes
y también el cabello largo,
claro que eran aguajes...
no tengo tatuajes, y soy calvo.
Ella me dijo: soy alta y delgada
veras que tengo mi propio estilo,
pero de eso no había nada
lo que si tenía eran sus kilos.
Y al vernos que alegría,
vaya, vaya, ¡Que sorpresa!
como ella también mentía
fuimos la pareja perfecta.
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