Te presentí
en lejanía absoluta,
escuchando ecos
del pasado...
Yo deseaba tu llegada
refugiada entre las flores
de un árbol de esperanza
casi desterrada.
El viento
trajo a mi pecho
rumores de ternura
con tu nombre
y abrí los pétalos
para que floreciera
la primavera.
Yo,
musa de la noche
en la quietud
de un lienzo
te esperaba,
sin darme cuenta
que eras tú
quien pintaba
mi alma de amores
cada madrugada.
Alicia Rivas