Mientras tú estabas a mi lado,
sentí el calor del verano en mi cuerpo,
sentí el soplo de vida que Dios me ha dado,
sentí el calor de tu amor en mi alma.
Mientras tú a mi lado estabas,
aplacabas mi ardiente sed de amor
con tus besos de embrujo que me dabas,
y en mis labios quedaba un sublime sabor.
Pero al irte rauda como el viento,
tu partida violenta enfrió mi alma,
enfrió la tarde, enfrió mi cuerpo,
y se fue contigo parte de mi vida.