Petrificada cual efigie,
mi alma permanece al borde de la ventana de mis sueños,
anhelando que esta noche salga la luna,
aferrada a que tu recuerdo se personifique en mis sueños y poesías,
entre tanto te pueda ver.
Desecho mi corazón
entre la inmundicia y la crueldad del mundo,
divago, camino hacia la luna,
entre mil cadáveres absurdos,
anhelando sentir tu aliento rodear mi espíritu,
y entonces,
presiento un soplo de viento lejano
que danza con mi piel marmoleada
mientras susurras en la distancia tus versos,
y tal vez, solo tal vez,
presiento que me ha robado un beso.
Y te siento un fantasma en mi vida,
un espectro que describe la relación entre fantasía y realidad,
mientras tus frases giran y cantan en mi mente
y mis ojos desesperados anhelan ver tu rostro,
pero te siento tan distante.
Mi espíritu te busca en el mundo de los sueños,
mi alma intenta dibujar tu aliento,
mi mente juega y danza con el viento
que desde lejos ha emanado tu recuerdo.
Y te anhelo en lo profundo,
y te anhelo en lo distante,
y te anhelo en tus palabras y te siento...
Entre tanto juego con el recuerdo que encuentro entre tus versos,
y te extraño, y te siento,
y mi alma vuela entre mil pensamientos
en busca el boceto de tu piel.
Las estrellas me dan pistas para hallar tu corazón,
la luna me acompaña mientras no apele a mi razón.
la locura es mi cómplice en la búsqueda de tu interior,
Y en la distancia te busco y te anhelo,
aún te espero, aún te sueño
intento contemplar el viento, que me acerca un poco a tu recuerdo.