faltaron tantas cosas que decirte
tantos secretos que contarte
que el solo verte lleno mi alma
y mi boca quedo muda al contemplarte
y mi pulso se acelero
con tu sola presencia
cuando quice gritar lo que guardava
en ese interminable tiempo de tu ausencia
en que mis brazos
se perdieron en la nada
y mis palabras
se atropellaron en mi boca
y mis ojos
se perdieron en tu mirada
y cuando quice gritar
lo mucho que añoraba tu presencia
a lo largo de mi vida
volviste a perderte en el triste olvido
y tu amada presencia
a internarse otra vez
en la dolorosa negrura
de la nada