Hay una ley física que dice
Que dos cosas no pueden ocupar el mismo espacio.
Por eso me gusta el amor de nuestras sombras,
Que se unen en un mismo tiempo,
En el mismo espacio,
Reflejando la pasión de nuestros cuerpos.
A veces, ni siquiera nosotros nos tocamos,
Pero por nuestras sombras nos amamos.
Siempre juntas
Caminando tras nosotros muy despacio
En un mismo tiempo, en un mismo espacio.
Fusionadas en la nada,
Que se vuelve un todo de repente
Y constantemente las entrelaza,
Las une, las abraza,
Hasta quedar fundidas en una sola cosa.
Rompiendo así la ley espantosa
Que dice que no podemos estar juntos en el mismo espacio.
Y dando origen al teorema
De las sombras que se aman
Resolviendo así el dilema
De dos cuerpos que se llaman para ocupar el mismo lugar.