Y mi cuerpo se acalambra
al ver tu rostro
más bello que la luna
rodeada de mil estrellas.
Sin embargo,
ni por más que te piense
tu cuerpo estará junto al mío
ni en un presente, ni en un futuro.
Porque tu corazón alberga
el nombre de otro hombre
del cual siento mucha envidia.
Espero que al pasar el tiempo,
tú, en mi mente ya no existas,
que de mi corazón
fuera estés para siempre,
que tu aroma
no se encuentre adherido en mis sentidos
y tu piel cual seda
desecharla al olvido.