Desesperadamente pregunté
y no obtuve de vos una respuesta
tenías una meta,
un plan,
una estrategia
que fué indudablemente,
matar mi amor.
Descontroladamente fué un ¿porqué?
un ¿qué?
un ¿cuando?
un ¿cómo?
un ¿dónde?
y fué ese pasado que se esconde
detrás de los escombros
de tu flojo ser.
Por una magra tarde
de amigos entrañables
tu celo incontrolable
se desató.
Y atadas con injurias
escupiste tu furia
y me enrostraste el mote
de la traición.
¡Que desazón!
y ¡que dolor!
ser acusado, sin ton ni son.
Pero con la distancia
jugando a mi favor
entiendo que hay fragancias
y a veces no hay olor;
perfumes de falacias
tu amor nunca fué amor
fué solo una desgracia
y el tiempo lo afirmó.