Soñé mientras te tenía en mi regazo sufriente,
creando locuras, locuras de amor.
Mirándome contigo así frente a frente,
como si yo fuera tu árbol y tú fueras mi flor.
Nos tocó alguna vez, herirnos con nuestros hechos,
pues así se compenetran persona a persona,
soplándonos felices, como en el cielo los vientos,
como si tú fueras mi flor, y yo fuera tu aroma.
En el sueño de la noche durmiéndonos despiertos,
acostados lado a lado desmintiendo la realidad,
haciéndonos el amor, apasionados y sedientos,
como si nuestros hechos fueran de verdad.
Sin saber como sucedió, se esfumaron las furias,
llevando uno al otro en ciertos movimientos,
si que era amor, pero amor de locuras,
pero nos encantaba, imitar a los violentos.
Yo fui tu ternura mágica que calmaba los silencios,
tú, fuiste la mano de oro que me descubría parcialmente.
Yo te llevaba desnuda en la locura de mis vientos,
sintiendo a tu piel, que me tocaba dulcemente.
No fue algo penoso, no fue una triste locura,
fue algo ingenuo que amamos los dos.
Yo fui la enfermedad y tú fuiste la cura,
y quien nos puso juntos pues quizás fue Dios.
Así que en el sueño de una noche verdadera,
llenamos nuestro mundo, con pleno esplendor.
No era una locura, no, solamente era
una noche llena de pasión y de amor.
LEOM KOLMNELA