SABEN a veces las LÀGRIMAS a TRISTEZAS:
Cuando llegan deslizándose lentamente por el rostro a mis labios, sintiendo el corazón dentro del pecho sufrir lo imposible de soportar sumido en soledad, por latidos reprimidos de altivez, al no querer notar mi presencia recordada frente a ti, amada mía…,
Padeciendo con dolor del alma la ausencia, reflejada en los ojos del tiempo, por los espacios reiterativos perdidos de amor en los brazos, donde agoniza por sed de amar la flor de la vida, poniendo fin a cualquier sueño esperanzador de sentimiento encontrado en tu mirada…,
En amargo silencio desconsolador, arreciando aun más el nudo de impotencia que ahoga de mi garganta, cualquier posibilidad de intentar decir sentidamente tu querido nombre, mientras otro inesperado sollozo por desesperación, rompe en ti, tu inconmovible quietud habida hasta ahora, mostrando al mirarme por un momento, que tus bellos ojos glaucos, ya no poseen por el recuerdo al mirarme, su color verde natural, amado y besado tantas veces, por unos grises de olvido, como es el mar de invierno.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 10/01/2011 01:00 PM.