Alejandro José Diaz Valero

Recordando la copla

Cuando yo comencé a incursionar en el género literario, lo hice con la copla. A mis catorce años se me dio por escribir mis primeras coplas para cumplir con una asignación en mis clases de secundaria  y vaya que me quedó el gusto…Todavía hoy las escribo, quizás no tan ingenuas como aquellas, ni tan llenas de optimismo como en mis primeros tiempos…¡ Pero las escribo!


Coplas

Las aves levantan vuelo
y las serpientes se arrastran,
y yo me quito el sombrero
saludando a las muchachas.


Ayer me dijiste te quiero
y ahora me dices que no,
lo que vale es lo primero
porque habló fue el corazón.


La hoja verde, baila en la rama
y la seca, lo hace en el aire,
el viento con ellas danzaba
entre dichas y pesares.


Luna que cuelga en el cielo
parece que va a desprenderse
y que decir de los luceros
que también quieren caerse.


Ir  con los ojos abiertos
evita pisar las espinas...
si el camino es de cemento
a veces uno ni mira.


Si traes las manos abiertas
en actitudes hacendosas,
trae también mente despierta
sin ideas caprichosas.


Abre primero ventanas
y después abre las puertas,
así veras si alguien llama
antes de entrar en reyerta.


Esa bella primavera
de paisajes florecidos
se fue en veloz carrera
llevando las flores consigo.


Juro que a veces prefiero
no empeñar mis sentimientos,
pues me cobran con esmero
antes del vencimiento.


Una mañana soleada
me juraste amor naciente,
y en la tarde arrebolada
me dices que nada sientes.


Porque me pisas amigo
si ves que guío tus pasos...
porque tu eres el camino
por donde ando descalzo.


Si no fuera por mi almohada
donde reposan mis sueños
en vez de dormir en cama
dormiría en el propio suelo.


Si alguien sin camisa viene
le dicen descamisado,
pero si sale sin peine
no le dicen despeinado.


Con el fuego de tu mirada
lograste encender mi alma
y fue tanto la llamarada
que ahora no puedo apagarla.


Tus piernas tan delineadas
y tus manos tan pequeñitas
hacen juego y contrastan
con tu cintura de avispa.


Tu erotismo natural
y tu nivel de complacencia
es agua de manantial
que moja mi efervescencia.


La sombra que reflejabas
cuando subías la cuesta,
aquí la tengo guardada
junto a tu bella silueta.


La luna pintó sus mejillas
con su maquillaje nuevo
y mostró su cara linda
como si fuera un espejo.


Se fueron mis años mozos
apenas sin darme cuenta,
fueron esos y no otros
Los que a mi me representan.


Ya me voy, y pronto vuelvo
ya me voy, ya me despido,
no se alegren compañeros
que todavía no me he ido.

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