Me hago presente en tu vida
derribando los muros del silencio
que un día me dejó tu olvido.
He luchado para no olvidarte,
para tenerte en mi sangre coagulado
y en cada palpitar del corazón,
recordar que tú eres la razón
que tengo para vivir.
Nunca de tu vida me fuí,
por más que intenté huir,
una fuerza me ataba a ti
como la planta de mandrágora,
que en las paredes del alma se aferra
y es imposible de allí arrancarla.
La vida me ha fatigado,
porque de mi vida te has marchado,
el corazón yace en ruinas,
el manantial del amor se ha secado,
las hojas de eucalipto ya no aroman,
sólo queda el alma desolada
que siente que vivir no es nada.
Para mi la ancianidad no existe,
sólo existe un recorrido largo
por los caminos de la vida,
con recodos en cada esquina,
en donde se esconde mi letargo,
en donde se oculta mi melancolía.
¡Es que es tan dificil vivir sin ti!
Vivir sin esa chispa de tus besos
que encendía mis deseos,
vivir sin la esencia de tu ser,
vivir sin el hálito arrollador
de tu respiración,
vivir sin el timbre de tu voz,
vivir sin esos brazos fuertes
que en tu regazo me acunaron,
vivir sin el calor de tu cuerpo...
¡Qué dificil es vivir sin ti!
Sin la mirada, de esos ojos soñadores
con párpados inquietos,
de esos ojos, que me hechizaron,
de esos ojos, que me enamoraron
y detrás de la cortina me miraron.
Vivir sin el eco de tu estruendosa risa,
vivir sin tus arrullos, mecidos por la brisa.
¡Qué dificil es vivir sin ti!
¡Qué dificil es tener que vivir sin tu caricia!
Felina