Que extraño es ver palidecer la vida entre mis manos
mientras permanezco aquí, aterrorizada de mi inconsciente;
mientras los segundos pasan y el tiempo va y viene,
y aún estoy aquí, sumida en cuatro letras: NADA.
La vida pasaba y mi tiempo se escapaba
pero nunca de una manera tan vana
divagando entre mis pensamientos
cuando ni siquiera puedo pensar.
Escribir parece inutil cuando
nadie se interesa por lo que pienso
pero seguiré escribiendo porque para eso nací.
Me siento desvanecida en mí,
estoy pero no soy,
me pierdo en los anhelos de llegar a ser,
y es que justo ahora siento que
llevo tanto escondiéndome
que no conozco más que mi propio ser.