En aquel lugar, donde nos sentamos frente a frente,
hablamos de la despedida, nos deseamos suerte.
comimos lo justo de siempre, imitando el principio
y en una servilleta, anote la fecha de aquello fortuito
-Si-, contesté a tu pregunta, -¡Véte!, ¡Seras feliz!-
El que ama no posee, solo siente
y calla, apasiona, sufre, y a veces miente,
así como yo, que te amaba todavía.
Una tarde por coincidencias de la vida
volví de visita a aquel lugar
que fue testigo de un amor ya casi inerte,
ese sitio grabado con la esencia fugaz
Las imágenes como humo fantasmal,
se disolvían en el silencio de la nada…
-Permiso caballero, ¿Desea un café?-
El mesero me devolvió a la realidad...
Miguel Eduarte
11/01/11